Estamos viendo en muchas partes del mundo como los países acaban por decretar medidas de confinamiento y ponen en marcha una serie de medidas restrictivas para proteger a su población del devastador Covid-19. Es el caso de Colombia, Venezuela, Bolivia, y demás países latinoamericanos, en donde no dan abasto en sus hospitales, terminando por estar muchos en situación de colapso y para ello tienen que habilitar nuevos espacios con camillas de manera improvisada y separadas por cortinas antibacterianas.
Esta difícil situación se puede agravar en países que ya de por si estaban sus economías muy mermadas y en donde sus inversiones sanitarias hacían de un servicio de salud, un tanto deficitario. Un ejemplo de ello es Cali en el Valle del Cauca donde hay una especial preocupación porque no están preparados para atender a los pacientes con coronavirus en caso tal de que se dispare la cifra y requieran hospitalización, por eso las autoridades de salud habilitaron un plan de contingencia al que se le unirán empresarios de la región para donar recursos que les permitan invertir en una óptima atención a todos los pacientes.
Al menos y dentro de ese hacinamiento y caos de muchos hospitales con falta de recursos, se pueden crear cubículos protegidos con cortinas antibacterianas, que si bien están concebidas para eliminar bacterias y microorganismos, no pueden actuar para destruir los virus que no tienen núcleo y que necesitan de otras células para reproducirse.
Las cortinas antibacterianas sí que pueden al menos proteger del ambiente exterior más próximo a los pacientes que sufren las consecuencias letales del Covid-19. El aislamiento y la higiene es hasta ahora las dos medidas que se está adoptando, si bien cabe decir que no en todos los países se cumplen en la misma manera. Por ejemplo en países europeos como España, debido a las costumbres tan ociosas y las relaciones tan estrechas, los contagios son mucho más susceptibles que en países donde las personas son más retraídas como en Alemania.
Otro factor que hay que tener en cuenta es que no en todos los países disponen de infraestructuras sanitarias acordes para frenar la pandemia del Covid-19, en primer lugar porque no hay de momento una vacuna y los temores de que cada año mute este virus acrecienta la preocupación entre el sector sanitario. Además muchos hospitales no cuentan con espacios suficientes, camas y colchones para tantos infectados por el coronavirus. La solución más rápida que existe a día de hoy es la utilización de grandes polideportivos o recintos feriales donde se instalan camas de hospitales separadas por cortinas antibacterianas o mamparas divisorias.
Aislar en boxes con cortinas de hospitales a pacientes con coronavirus es la forma más inmediata que se tiene para no agravar más la situación. Recordemos que el Covid-19 es un virus y que la infección se produce cuando una persona enferma tose o estornuda y expulsa partículas del virus que entran en contacto con otras personas. Por tanto cuando un posible caso de coronavirus ingresa en un hospital por sus síntomas, lo mejor es separarlo en una cama con una cortina separadora para evitar que por causa de tos o un estornudo las partículas de esta persona u otra acaben por causar infecciones de transmisión nosocomial intrahospitalaria, que es lo que está ocurriendo en España con más de 5.000 sanitarios contagiados.
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