Colchones hospitalarios con cremallera

En la industria del colchón, la fabricación tiene varias fases siendo la parte más importante el núcleo, que se compone normalmente de una serie de capas combinadas de espuma a distintas firmezas y finalmente con el recubrimiento de una funda.

Todas estas partes tienen una función y a pesar de que siempre nos ponen como prioridad las cualidades del núcleo del colchón, la funda es la parte que tiene contacto con el paciente y requiere toda nuestra atención. Existen diferentes tipos de fundas para colchones hospitalarios, cada una de ellas con distintas ventajas.

Hay que mencionar antes de nada que no es lo mismo una funda para colchón que un protector; el protector es algo independiente del colchón y que solemos ponerlo para proteger a éste de manchas y polvo. Las fundas para colchones vienen ya incluidas en el colchón al comprarlo, son parte de él.

¿Qué tipos de fundas para colchones podemos encontrar en el mercado?

Existen fundas para colchones de diferentes tipos dependiendo de su forma y su composición.

Fundas para colchones hospitalarios con cremallera o herméticas.

Las fundas herméticas son las que no pueden separarse del colchón. Está ribeteada y siempre presenta la tensión adecuada. La gran desventaja de estas fundas es que no pueden quitarse para lavarlas, pero sin embargo aportan al colchón un aspecto mucho más consistente. Normalmente este tipo de fundas son usadas por seguridad para prisiones y cárceles.

En cambio las fundas para colchones hospitalarios con cremallera tienen la ventaja de poder ser retiradas para el lavado. Suelen contar con una cremallera perimetral para poder quitarla de forma relativamente fácil.

Fundas para colchones acolchadas o no.

Existen fundas a las que se les añade una pequeña capa de material en forma de acolchado, pero normalmente este tipo de fundas son utilizadas en colchones destinados a geriátricos o residencias de mayores. Puede ser viscoelástica, látex, un material hidrófugo para mejorar la transpirabilidad y combinando una capa absorbente y otra impermeable más interna.

Suele ser en esta funda acolchada donde se aplican los tratamientos accesorios al colchón; anti ácaros, tratamientos para la regulación térmica, aloe vera, etc.

Actualmente casi todas las fundas de colchones son acolchadas si hablamos de camas domésticas, porque aportan presencia, comodidad y empaque al colchón. Pero en el caso de una cama hospitalaria técnicamente hablando, lo generalmente extendido es el uso de un colchón de espuma de poliuretano de firmeza media cerrado con una funda hipoalargénica, ignífuga, impermeable y antibacteriana.