Definir un textil como antibacteriano significa que ha de cumplir una serie de requisitos, entre los cuales están; evitar la infección cruzada de micro-organismos patogénicos. También controlar la infestación de microbios, deteniendo el metabolismo en los propios microbios con el fin de reducir su expansión y el mal olor que producen. Para elegir una buena cortina actibacteriana nos tenemos que fijar en una serie de cualidades, entre las que se encuentran:

La estabilidad, que es determinada por la resistencia al calor, en este caso la llama de un incendio, la decoloración a la luz, los rayos ultra violeta, y los agentes oxidizantes. Muy pocos compuestos químicos poseen todas estas características. El agente debe ser estable como un compuesto y también cuando se aplica al tejido. Debe ser estable no solo durante la vida estimada de los géneros acabados, sino que también debe retener su estabilidad durante largos periodos de almacenamiento. En el caso de las cortinas antibacterianas Curtatex, la fibra textil es capaz de soportar cada una de estas adversidades, pues están tratadas mediante un proceso de ionización en el momento previo a su tejeduría, mucha más efectiva que los agentes químicos sobrepuestos por impregnación.

En cuanto a la eficacia de una cortina antibacteriana, debe ser bacteriostática/fungistática o bactericida/fungicida. Un gran número de productos realmente destruyen los microbios antes de que puedan crecer y dañar el tejido. Además, los compuestos deben ser efectivos en un porcentaje relativamente pequeño, de modo que su uso no se vea afectado por el peso, y también debe mantener los costos bajo límites razonables.

Otros parámetros importantes que deben cumplir las cortinas antibacterianas:

Toxicidad. No debe ser tóxico o debe tener un nivel de toxicidad muy bajo. Este es el requerimiento más esencial de un buen agente antimicrobiano. En el caso de los textiles Curtatex, en caso de incendio, el tejido no genera humos y por tanto no provoca agentes tóxicos.

Olor. Los compuestos antimicrobianos no deben impartir un olor desagradable al acabado final, especialmente si está en el campo sanitario. Varios agentes antimicrobianos poseen características de olor implacentero, mientras que otros están completamente libres de este problema, siendo nuestro caso el de las cortinas antibacterianas Curtatex que presentan un olor neutro.

Color. Si el color es de importancia para la venta del producto, el agente antimicrobiano no debe descolorear el material tratado. Esta característica no representa un gran obstáculo, ya que los ajustes en la tintura fácilmente compensan cualquier cambio en el color causado por estos agentes.

Tacto. El agente antimicrobiano no debe cambiar significativamente el tacto del tejido, especialmente si el tejido se va a usar en la manufactura de prendas hospitalarias como las cortinas o batas. El tejido no debe ser rudo al tacto después del tratamiento con un agente antimicrobiano sino flexible y fácil de manejar.

Efectos químicos. El agente antimicrobiano no debe ejercer efectos químicos adversos en el tejido procesado. Se debe mantener la resistencia a la rotura del tejido durante largos.

Estas y otras características son las que han de mostrar una buena cortina de hospital, aunque la cortina antibacteriana Curtatex ha mostrado en los últimos años un avance significativo, eliminando agentes antimicrobianos que pudieran afectar en un segundo orden al ambiente hospitalario del día a día, para ello la prueba final para ver la calidad de una cortina antibacteriana es saber si pierde eficacia tras ser lavada y es que nuestra cortina hospitalaria Curtatex demuestra que tras numerosos ciclos de lavados mantiene intactas sus propiedades.