La fototerapia se utiliza en los hospitales principalmente para el tratamiento de enfermedades de la piel y sobre todo para curar la ictericia en los neonatales. Las bililuces o luces azules especiales se usan como terapia con luz (fototerapia) para tratar la ictericia del recién nacido. La ictericia es una anomalía visible en la piel y ojos del recién nacido que se manifiesta con una coloración amarillenta. Es causada por la presencia de demasiada cantidad de una sustancia amarilla llamada bilirrubina. La bilirrubina es una sustancia amarilla que se encuentra en los glóbulos rojos y cuando su volumen es en exceso y no se logra eliminar se tienen que hacer transfusiones con la sangre de un familiar compatible. Pero antes de recurrir a este extremo se utilizan las terapias con luz ultravioleta no nociva de unas lámparas especiales.
Los dispositivos led han demostrado ser a día de hoy uno de los más efectivos porque no emiten casi luz ultravioleta alguna, se usan para tratar estos síntomas utilizando una longitud de onda entre 420 y 500 nm (nanómetros) aproximadamente. El efecto de la luz azul por estos aparatos sobre la bilirrubina, es el descomponerla en micropartículas no tóxicas hidrosolubles, que se eliminan rápidamente por el hígado, para más tarde ser expulsadas a través de la orina. El tratamiento de la hiperbilirrubinemia tiene como principal objetivo el evitar que la bilirrubina alcance niveles tóxicos que podrían ocasionar un daño cerebral permanente.
Otros aparatos para fototerapia como los tubos fluorescentes emiten luz blanca y fría o pueden ser de luz azul. Estas unidades tienen protecciones de plexiglás para filtrar cualquier exceso de radiación ultravioleta y tienen también muy buenos resultados. (Las luces fluorescentes no emiten niveles peligrosos de radiación infrarroja). Por otro lado existe lo que llamamos las bombillas de tungsteno-halógeno que emiten luz en un amplio espectro (280 a 1,400 nm), pero emiten radiación ultravioleta y radiación en el infrarrojo cercano, que a altos niveles pueden dañar a los ojos y la piel. Su diseño debe incluir filtros internos y reflectores para reducir la energía dañina de estos dos tipos de radiación.
En general cualquier sistema de fototerapia convencional ha de asegurarse de que las radiaciones en el infrarrojo cercano y ultravioleta deben ir filtradas. En algunos países en vías de desarrollo donde no disponen de equipos de fototerapia avanzados, utilizan cortinas especiales de hospitales blancas o de colores claros que reflejan la luz y obtienen así un rendimiento mayor del dispositivo. Estas telas son una variante de las ya conocidas cortinas antibacterianas, pero con la particularidad de que tienen un componente reflectante y además son ignifugas. Varios estudios realizados al azar han demostrado la mayor efectividad de la fototerapia al añadirle alrededor de la cuna unas cortinas que reflejan la luz.
En Chile por ejemplo el problema de la hiperbilirrubinemia en el recién nacido se detecta con valores mayores de 7 mg/dl, versus 2 mg/dl en el adulto. 60% de los recién nacidos de término y 80% de los prematuros presentan ictericia clínica, y 15 al 20% de ellos desarrollan niveles de hiperbilirrubinemia que requieren fototerapia, mientras que en Estados Unidos este porcentaje llega sólo al 6%.
Existen diferencias raciales; por ejemplo, las hiperbilirrubinemias en más de 12,9 mg/dl, se presenta en 10% de los niños de raza blanca, 4,5% de los de raza negra y hasta 23 al 25% de los de raza asiática o latina. Por esto, la Academia Americana de Pediatría ha definido a ser asiático como un factor de riesgo mayor, pero no hace referencia a los latinos, aunque en estudios realizados en hospitales de Santiago de Chile las cifras son similares a las de razas asiáticas.
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