Los hospitales de referencia de Cuenca son tres, el Hospital Virgen de la Luz, Hospital Recoletas Cuenca y el Policlínico, en ellos políticas de actuación sobre la humanización se ponen en práctica, porque no solo unas cortinas para hospitales que separan las camas siempre es suficiente para preservar la intimidad del paciente que comparte habitación.

Acciones muy positivas sobre cómo se deberían tratar a los pacientes y familiares son puestas sobre la mesa en los hospitales de Cuenca, encabezando medidas de microgestión para que al alcance de los profesionales sanitarios puedan hacer mejorar una asistencia más individualizada de los pacientes, pero también haciendo una gestión más adecuada de los espacios disponibles que a veces están infrautilizados o desaprovechados.

La humanización en el ámbito de la salud es una necesidad latente que no puede verse limitada o amparada en la privacidad que dan unas cortinas de hospital, es por tanto que atañe a todo el personal médico, paramédico y administrativo y está dirigido a usuarios de entidades prestadoras del servicio ya que caer en una rutina día tras día hacen las labores autómatas  y poco cálidas, una cuestión que incide de manera muy importante sobre la salud de los pacientes ingresados.

Lograr una salud hospitalaria más humanizada también consiste en la utilización de recursos materiales un poco más allegados a lo que los pacientes tienen a nivel doméstico, como por ejemplo cortinas para hospitales con motivos infantiles o un suave tintado paisajístico hará de la estancia de los pacientes sea más llevadera.

En su Plan Dignifica, Cuenca, Guadalajara, Ciudad Real, Albacete y Toledo establecen para sus centros de salud y hospitalarios unos protocolos de concienciación para conseguir un conjunto de compromisos y responsabilidades profesionales que deben formar parte del quehacer de todas las personas que trabajan en el Servicio de Salud.

Entre las numerosas acciones y compromisos hay uno que nos llama la atención, el plan «Hola me llamo», que tiene como fundamento el modo en que se recibe a los pacientes. El hecho de presentarse no solo es un acto de cortesía y respeto hacia la otra persona, es algo más transcendente, genera una conexión humana instantánea y una impronta de la persona de la cual el paciente va a tener una referencia humana a lo largo de su estancia. De esta manera la vulnerabilidad del paciente y su sufrimiento quedan reducidos ene forma de relación terapéutica con una relación de confianza.