La salud en general es una cuestión recurrente entre la población que cobra cada vez más importancia, sobre todo con la cantidad  de información que podemos manejar hoy en día con los avances en las comunicaciones, siendo de todos sabido la gran fluidez que nos ofrecen y los distintos canales de acceso a la misma. El modo al que accedemos a la información nos crea más interés e inquietud, digamos que se acrecienta en nosotros la necesidad de hacernos más preguntas sobre nuestra salud. Pero para que la información llegue al usuario con exactitud y rigor se tienen que dar también otras condiciones, nos referimos a la cercanía personal de los médicos y demás facultativos sanitarios. A niveles internos, las comunicaciones intrahospitalarias cobran si cabe de mayor importancia en la organización de un hospital, pues el valor estratégico de estas redundará sobre la calidad y eficacia en el servicio prestado a los pacientes

Si para los pacientes a título personal el acceso a la información es importante, imaginemos qué supone para una organización sanitaria una comunicación que funcione correctamente. Bien por teléfono, vía email, mediante aplicaciones informáticas, son sin duda muchas las connotaciones vitales y sociales que derivan de la calidad de una comunicación, sobre todo como la que se genera en el ámbito sanitario.

Desde otra perspectiva más técnica, las comunicaciones y el big-data que se manejan desde las grandes instituciones públicas y privadas es tan grande que debemos ser conscientes de la relevancia con que llega a tomar parte la seguridad y la privacidad de los datos gestionados. Desde Decoratel España somos especialmente cuidadosos y nos hacemos cargo de esta cuestión, que no es baladí, por eso tratamos todos los datos con suma atención en toda su trazabilidad. Al igual que un hospital en donde cualquier dato puede ser sensible, todo ha de seguir un trayecto claro e inequívoco.

Pero no podemos olvidar al mismo tiempo que al igual que en una habitación las cortinas hospitalarias hacen de pantalla para mantener la privacidad entre pacientes y demás personas que acuden a las visitas, a nivel tecnológico no solo los cortafuegos informáticos y otros protocolos más tangibles u otros de forma tácita como el código deontológico se tienen en cuenta en la comunicación médico y paciente. A veces una buena o mala comunicación no verbal también puede decirnos mucho de la persona que comunica, en este sentido y desde hace décadas se creía que la comunicación era una habilidad innata en los médicos. Por ello no se consideraba necesario una enseñanza específica en este área más allá del conocimiento clínico y técnico, examen físico y resolución de problemas. Por el contrario a día de hoy esa comunicación entre médico y paciente ha mejorado mucho y se implementan acciones concretas para hacer que esta se corresponda mejor con la anamnesis, sin rebajar ni aumentar su importancia, pero agregándole el suficiente componente de empatía para que el paciente se sienta con confianza y seguridad.

Quizás las carencias médicas en cuestión tecnológica y de recursos en algunos países como Colombia, Bolivia, Guatemala, etc…, países latinoamericanos donde la pobreza hace mella en estamentos tan importantes como la sanidad, se recurran a las habilidades personales médicas para compensar a veces y crear un ambiente más favorecedor. Digamos que esas habilidades actúan como homeopatía o placebo para tranquilizar y de aportar seguridad al paciente. En este sentido deberíamos tomar ejemplo de cómo la necesidad obliga a algunos países a adaptarse en la utilización del lenguaje y la comunicación como un recurso sanitario casi prioritario. Y es por ello que a  nivel más occidental no es menos cierto que nos hemos acostumbrado demasiado a depender de los resultados técnicos quedando en muchas ocasiones la interacción humana un tanto fría.