En Chile y su capital Santiago de Chile, los hospitales han adoptado una serie de medidas básicas y de obligado cumplimiento para evitar que el Covid se expanda, sobre todo en lugares tan sensibles como las urgencias, triaje y pacientes ingresados haciendo de su entorno sanitario un lugar más seguro.

Además de las precauciones habituales, todas las personas —incluidos los familiares, los visitantes y el personal sanitario— se les informa que deberán tomar precauciones relativas al contacto y a las gotículas respiratorias antes de entrar en la habitación en la que se encuentra un paciente con una infección presunta o confirmada por nCoV; una de estas precauciones es la de lavarse las manos con desinfectante y otra medida preventiva sería la utilización de superficies antibacteriales, como así lo demuestran las cortinas hospitalarias, además del uso obligatorio de las mascarillas.

En este contexto, los hospitales de Santiago de Chile han establecido una serie de prioridades en materia de prevención y control de infecciones para prevenir o limitar su transmisión en entornos sanitarios:

En entre estas normativas está la de que todos los pacientes se cubran la nariz y la boca con mascarilla y evitar estornudar o toser en la dirección de otra persona, tapándose con el interior del codo.

Si estornudamos, lavarse las manos inmediatamente con gel hidroalcohólico para evitar la transmisión de un posible virus y cambiarse la mascarilla.

Todos los hospitales tienen la prioridad de velar por que los procedimientos de desinfección y limpieza del entorno se apliquen de manera correcta y sistemática. Un procedimiento eficaz y adecuado para evitar la propagación de la infección consiste en limpiar en profundidad las superficies del entorno con agua y detergente, y con los desinfectantes que se utilizan habitualmente en los hospitales (como la lejía).

Por tanto, limpiar los aparatos y equipos médicos, la ropa blanca, cortinas hospitalarias, los utensilios de cocina y los desechos médicos deberán acompañarse con una manipulación acorde y de conformidad con los procedimientos seguros rutinarios.

Otra de las condiciones ambientales que los hospitales de Santiago de Chile promueven es la de airear las habitaciones con ventilación natural, para pacientes que han salido de la UCI y están en fase de recuperación, pudiendo compartir habitación con otro paciente.

En estas circunstancias, las cortinas hospitalarias antibacteriales juegan un papel importante, antiséptico y de privacidad, dejando en su parte superior una zona de ventilación que al menos pueda dejar paso a un caudal de aire de al menos 60 litros/s por paciente.

Estas cortinas garantizan una separación mínima tanto en privacidad como en seguridad sanitaria, aunque siempre se aconseja dejar  un metro de distancia entre la propia cortina y la cama.