En el hospital los pacientes, visitantes y personal de servicio están expuestos a un incontable número de riesgos. Por un lado están las condiciones de trabajo inseguras latentes, como equipos con falta de higiene, suelos deslizantes o las insuficientes precauciones contra incendios, pero también hay otros riesgos ocultos.
Entre los riesgos más comunes en un hospital se pueden enumerar:
Riesgos químicos a que dan lugar líquidos, sólidos, polvos, humos, vapores y gases;
Riesgos físicos, como los ruidos, la falta de higiene, las vibraciones, la insuficiente iluminación, las radiaciones y las temperaturas extremadas;
Riesgos biológicos, como las bacterias, los virus, los desechos infecciosos y las infestaciones;
Riesgos psicológicos provocados por la tensión y la presión;
Riesgos que produce la no aplicación de los principios de la ergonomía, por ejemplo, el mal diseño de las máquinas, los instrumentos y las herramientas que utilizan los trabajadores; el diseño erróneo de los asientos y el lugar de trabajo o malas prácticas laborales.
Sin duda la falta de higiene es una de las que más pasa desapercibida, pues aún cuando se percibe una sensación de limpieza, siempre queda la apariencia, pero debajo pueden proliferar microorganismos que ponen en riesgo la integridad de los pacientes, ya que ante su estado de salud tan delicado, cualquier evento microbiológico puede alterar la buena recuperación de un paciente.
La higiene en los hospitales es muy importante, no solo reduce la propagación de bacterias, también influye en la calidad de vida de todos los que hacen vida dentro de estas instalaciones. Esto a su vez mejorará los procesos clínicos y aumentará la confianza en los pacientes. Por ello contar con cortinas ignífugas en un hospital Curtatex es una garantía de calidad.
Los principales patógenos intrahospitalarios son los mismos a nivel mundial, estamos hablando del Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae, Pseudomona aeruginosa y la Acinetobacter baumanni.
Usando cortinas ignífugas antibacterianas se protege activamente las zonas adyacentes a los pacientes, imposibilitando que muchos patógenos, como los mencionados puedan adherirse con facilidad y reproducirse. Estas cortinas ignífugas están fabricadas especialmente con hilaturas resistentes a la llama, tratadas por métodos de irradiación, creando una película protectora muy fina pero quedando unificada al propio hilo.
Lamentablemente los microorganismos no se ven y una superficie puede parecer ‘limpia’ o efectivamente haber sido limpiada, pero igual poseer un nivel de contaminación muy elevado. Por ello, se recomienda complementar la evaluación visual o marcador invisible fluorescente con otros métodos que permitan identificar la presencia de materia orgánica o bacterias.
También es importante destacar el uso de materiales antibacterianos, no solo en el uso de cortinas, se recomienda instalar pomos, pasamanos y barandillas con materiales inoxidables, muy aptos para hacer que los patógenos no se adhieran.
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