La pandemia en Argentina ha hecho que muchos hospitales hayan tenido que rehacer sus infraestructuras, algunos de ellos habilitando grandes sapas de espera en UCIS improvisadas con camas y cortinas de separación.
La transformación de plantas de ingresados, quirófanos, urgencias, cocinas, etc…, supone un trastorno importante y numerosos inconvenientes que ocasionan muchos problemas de organización, mermando la eficacia del servicio sanitario. Para ello los módulos prefabricados son una solución anexa, que sirve como ampliación no solo transversal, sino también vertical sorprendiéndonos a veces por su total integración y funcionalidad con el edificio principal.
En el interior de estos módulos se pueden habilitar todo tipo de áreas, siendo las consultas externas las principales, aunque también las habitaciones y boxes de observación son los más utilizados. Su rapidez de montaje es una característica que ya hemos podido ver en otros países como China, que en tan poco tiempo levantaron grandes hospitales prefabricados.
Sumando espacio se suma en salud, una premisa que ha dado buenos resultados conteniendo el virus y aislándolo de manera segura en un entorno anexo al resto de servicios asistenciales sanitarios. Entre la modularidad caracterizada por este tipo de construcciones, hay que apuntar la versatilidad de sus interiores diáfanos que se han transformado a su vez en otros pequeños módulos de urgencias, gracias a la división de cortinas hospitalarias antibacteriales o tabiquerías removibles.
Este tipo de construcciones suelen organizarse en tres tipos de espacios o módulos:
Módulos para consultorio o triage base; son dedicados para hacer una primera valoración de los pacientes con síntomas Covid, con sala de espera y boxes habilitados para primeros auxilios separados con cortinas hospitalarias antibacteriales.
Módulos intermedios para el tratamiento de pacientes diagnosticados con Covid; en este área los pacientes destinados pasan a observación o internación una vez han sido diagnosticados no críticos.
Módulos para terapia intensiva; estos espacios son altamente aislados para pacientes con insuficiencia respiratoria, de ahí que cada módulo tenga una separación estanca unos de otros.
En la construcción modular hospitalaria no es necesario romper ni deshacer, se desmontan y pueden modificarse con suma facilidad sin obras. En hospitales estructuralmente fijos, todavía pueden hacerse ampliaciones en determinadas salas con la ayuda de tabiquerías en pladur y la partición de boxes estructurados desde el techo con rieles para colgar cortinas hospitalarias.
A pesar de que se pueda pensar, una infraestructura improvisada de esta naturaleza pueda dejar resquicio a una contaminación por partículas, nada más lejos de la realidad, ya que se diseñan para crear zonas estancas y al mismo tiempo los materiales y superficies son instalados para favorecer la no proliferación de patógenos al ser fácilmente higienicos tras su limpieza y altamente aislantes.
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