Puebla es un estado de México que consta de 217 municipios y se considera a día de hoy como el octavo estado de este país con mayores recursos sanitarios. Pese al sistema sanitario tan fragmentado que ofrece este país, se notan las mejoras que se van introduciendo poco a poco en medidas de prevención contra las infecciones, un tema que puede parecer un poco baladí para un sector que demanda cada vez más la eficacia práctica ante la cada vez más masificación de los centros hospitalarios. En este artículo no vamos a analizar las deficiencias que aún persisten en tan intrincado sistema de salud como es el que existe en México, por lo que vamos a ser más constructivos y exponer aquellos avances que consiguen mejoras en la cura y prevención de enfermedades.
Hay que destacar el avance importante que ha experimentado México en temas de salud, que desde hace 35 años ha logrado una subida de 30 puestos en el Índice de Desarrollo Sostenible, un dato aportado por The Lancet que sitúa a Puebla y en general a otros estados de México desde el puesto 104 al 69. Con estos datos podemos destacar el gran avance conseguido frente a las enfermedades nosocomiales en México y la mejora en la atención básica sanitaria. Las infecciones relacionadas con la atención médica o nosocomiales son la segunda vía más frecuente de contagio durante la estancia de un paciente en un hospital. Pero, ¿de dónde provienen estos contagios?, en muchas ocasiones la falta de higiene de algunas personas que visitan a los enfermos puede pasar desapercibida -y cuando decimos falta de higiene nos referimos a las manos-, aun cuando los visitantes a los enfermos sean pulcros y a primera vista limpios, muchas veces descuidan en algunos casos la higiene de las manos, por ello ya en todos los hospitales se han instalado dispensadores de gel desinfectante y mascarillas para casos donde se sospeche pueda haber algún caso de resfriado, catarro, gripe u otra infección pulmonar de las personas que vienen de visitas, pues una simple partícula al toser o estornudar puede contagiar a los pacientes que ya están en muchos casos débiles de defensas.
Otra forma que han tenido los hospitales de México de prevenir los contagios es mediante el uso de textiles antibacterianos de diferente uso, por ejemplo en las cortinas para separación de camas. Pensemos que las cortinas que separan las camas de las habitaciones están constantemente abriéndose y cerrándose con la consiguiente manipulación y posible transferencia de gérmenes de las manos al tejido. En este terreno estas cortinas han mejorado notablemente con respecto a las anteriores, las cuales se desgastaban al ser lavadas reiteradamente perdiendo así su eficacia, principalmente por el deterioro de sus fibras. Las nuevas cortinas y en especial las de tipo Curtatex fabricadas en España han demostrado su eficacia frente a salpicaduras y aquella suciedad en donde pueden proliferas bacterias, hongos y otros microorganismos. Por ello son más los hospitales y empresas de mantenimiento sanitario las que se interesan por este tipo de cortinas.
Por otra parte en algunos hospitales de Puebla se han estudiado la incidencia que tenían las sábanas y demás ropa de cama sobre algunos pacientes, en especial en aquellos que presentaban heridas o con cierta sensibilidad en la piel. A este respecto y gracias a determinados estudios sobre tejidos antibacterianos, ya se están incorporando en algunos hospitales de Puebla conjuntos completos de camas donde sus sábanas y bajeras cuentan con un tratamiento especial que evitan que se peguen a la piel, consiguiendo así una mejor transpiración y reduciendo la sudoración. De esta forma este tipo de textiles sanitarios han reducido notablemente la aparición de bacterias y pequeños microorganismos, haciendo de la estancia de los pacientes en hospitales más aséptica.
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